Para la transformación de la fruta, es necesario incluir un sistema para la recepción y selección de la materia prima idóneo al tipo de producto empleado, para tratarlo del modo más delicado.
Por medio de un volcador de contenedores o de un volcador semiautomático de cajas, la fruta es vertida en los tanques de recepción donde recibe un primer lavado con agua fría o caliente.
En dicha fase, es posible introducir un sistema de filtración del agua en recirculación, que permite mantener el agua libre de depósitos en circulación.
Un elevador envía la fruta al plano de selección y/o a la seleccionadora óptica, para eliminar la presencia residua de cuerpos extraños. Por medio de otro elevador, la fruta llega al grupo de deshuesación y trituración.